La Catedral de La Habana fue sometida en en siglo XVIII a diversas reformas dirigidas por el arquitecto Pedro Medina. En el año 1755 se consagró la capilla, obra del cubano Lorenzo Camacho, dedicada a Nuestra Señora de Loreto.


Antiguo grabado de la Catedral de La Habana. Las esculturas y los trabajos de orfebrería de sus capillas y del altar mayor estuvieron a cargo del italiano Bianchini, que las realizó en la ciudad de Roma.


Construida con estilo barroco de la corriente toscana, por sus dos torres laterales con campanarios, la Catedral de San Cristóbal de La Habana presenta una estructura de tres naves, y ocho capillas laterales.


La Catedral de La Habana está rodeada por la plaza que lleva su nombre, que alberga a las mansiones de la nobleza habanera colonial, entre las que destacan el Palacio del Marqués de Arcos, la casa de los condes de Casa Bayona y la mansión del Marqués de Aguas Claras.


El templo de la Catedral de La Habana presenta una planta en forma de cruz, con tres naves separadas por gruesas columnas, capillas laterales y una cúpula sobre el crucero. El piso es de baldosas de mármol negro y blanco.